¡Un grito sin voz! Radiografía sobre la brecha de acceso a la educación de las personas sordas en el Perú
Hoy en día resulta imprescindible proporcionar una visión completa y actualizada de la realidad de las personas con discapacidad auditiva en el país, a fin de fomentar la conciencia y promover su inclusión en la sociedad. En ese contexto, el acceso a la educación con cursos interpretados en lengua de señas adquiere una importancia fundamental para superar las barreras de comunicación y garantizar la participación clave de esta población.
Según los datos recopilados por la Primera Encuesta Nacional Especializada (ENEDIS) sobre Discapacidad, se estima que hasta el año 2012 había alrededor de 532,209 personas en el Perú que experimentaban limitaciones para oír, incluso utilizando audífonos. Para el año 2017, se evidenció que más del 80% de personas sordas no habían completado la educación básica (Censo Nacional de Población y Vivienda – CPV, 2017). Y al 2021, el 33.3% de esta población no pudo concretar sus estudios con una educación superior (según la Encuesta Nacional de Hogares – ENAHO, 2021). Estos datos revelan la existencia de una brecha significativa en el acceso a la educación para esta comunidad en nuestro país.
“La educación es un derecho para todos y para hacerlo realidad para las personas sordas debemos trabajar en desarrollar una educación inclusiva. Debemos asegurarnos que los niños, jóvenes y adultos tengan acceso a una educación adaptada a sus necesidades, a través de la lengua de señas y en un entorno que maximice su potencial e impulse su crecimiento personal”, señala Martín Pérez Monteverde, Director Ejecutivo de Fundación Romero.
Acceso a la educación
En el Perú, el acceso a la educación para esta población ha sido limitado debido a que no hay una oferta que se adapte a sus necesidades, incorporando intérpretes de la lengua de señas peruana, la implementación de material visual para su aprendizaje, entre otros.
Las oportunidades desde la educación básica están focalizadas principalmente en los Centros de Educación Básica Alternativa, que incorporan intérpretes y modelos lingüísticos que facilitan la comunicación y el aprendizaje de los estudiantes sordos. Actualmente de los 34 CEBA que existen, solo 12 disponen de apoyos educativos para estudiantes con discapacidad auditiva mayores de 14 años que no tuvieron acceso o no completaron su educación básica.
Estos servicios focalizados se encuentran en diferentes regiones del país, como: Arequipa, Cusco, La Libertad, Lima Metropolitana y Loreto. Dicha iniciativa representa un paso importante hacia la inclusión educativa de las personas con discapacidad auditiva en el Perú, ya que, al brindarles acceso a la lengua de señas peruana como primera lengua y el español como segunda lengua, les permite comunicarse y desenvolverse de manera autónoma en los diferentes ámbitos de la vida, aumentando así, sus posibilidades de contribuir al bienestar de su comunidad.
Por otro lado, en relación al nivel de educación superior, si bien, las universidades de acuerdo a su autonomía y disponibilidad presupuestal establecen las disposiciones necesarias para asegurar una educación inclusiva a toda la población estudiantil, son pocas las personas con discapacidad auditiva que han podido seguir una carrera de pregrado en el país. Acorde con el II Censo Nacional Universitario del año 2010 realizado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), un total de 66,433 estudiantes declararon presentar algún tipo de discapacidad, de los cuales, 1218 estudiantes presentaban problemas para oír.
La realidad es que, a nivel nacional, muchos jóvenes no pueden cumplir sus metas profesionales, ya que, son ellos mismos los que deben pagar a traductores durante su etapa universitaria, y en la mayoría de casos, las condiciones económicas no son las más favorables.
Una alternativa accesible para todos
Frente a un contexto adverso y ante la incertidumbre, ¿cómo ser parte del cambio y marcar una diferencia positiva? Martín Pérez Monteverde, plantea la importancia de desarrollar iniciativas que impulsen la empleabilidad de los estudiantes con discapacidad auditiva en el país y les permitan acceder a diferentes cursos extracurriculares para complementar su formación académica. “Desde la Fundación Romero nos comprometemos a generar un impacto positivo en la sociedad. Por ello, a través de nuestro programa Señas de Progreso en alianza con el Consejo Nacional para la Integración de Personas con Discapacidad (CONADIS), otorgamos 100 mil becas a todas las personas que están en búsqueda de una oportunidad de crecimiento”, afirma.
Si bien, el cambio proviene de las acciones concretas, aún existen desafíos pendientes para garantizar que todas las personas con discapacidad auditiva puedan alcanzar su máximo potencial. “Fomentar la sensibilización y el respeto hacia las personas con discapacidad auditiva es una responsabilidad compartida que nos invita a construir una sociedad más justa y equitativa para todos”, concluye el Director Ejecutivo.